sábado, 30 de julio de 2011

Puedes mirar su piel llena de arrugas, en cada una de ellas puedes ver ilusión y decepción, éxitos y fracasos. O sus ojos llenos de sabiduría y darte cuenta de que no es consciente de ello, de que todo eso ha sido deteriorado. Ya no recuerda la primera vez que amó o la primera vez que le rompieron el corazón, la primera vez que le dijeron “estoy orgulloso de ti”, ni si quiera la última vez que le dijeron te quiero. Ha olvidado sensaciones, sentimientos, sufrimiento... puedes pensar: “tiene suerte de poder borrar todos los errores cometidos”, pero, y de que sirve no acordarte de los errores  si tampoco puedes acordarte de los éxitos, porque al final eso es lo que nos queda: recuerdos y como te sentiste en cada uno de ellos. Has sido arrojado a este mundo para vivir y eso, esas vivencias, deben permanecer contigo hasta el último segundo de tu vida. Yo vivo con ese miedo, a olvidar todo lo vivido, olvidar la primera canción que dio sentido a mi mundo o cuando alguien te hace sentir especial o simplemente el olor de la comida cuando llegabas a tu casa con esa sonrisa ingenua. Puede que sólo sean recuerdos, pero esos son los recuerdos que cuándo llegas al fondo te dan la mano para subir. Por eso pienso, pienso con todas mis fuerzas que puedo hacer para no olvidarlo.

miércoles, 27 de julio de 2011

George Bernard Shaw dijo: "Hay dos tragedias en la vida. Una es no alcanzar el deseo de nuestro corazón. Y la otra es alcanzarlo". Sí, perder lo que tu corazón desea es trágico, pero ganarlo..es todo lo que puedes esperar. Sentirte parte de algo, inmerso en otra persona y despertar a un corazón temeroso de sentir. Mi deseo fue concedido, y si tener esto es trágico, entonces dame tragedia.

lunes, 25 de julio de 2011

Nuestro mañana es la noche

Tengamos una filosofía superior a la de otros. ¿De qué sirve estar en lo alto, si no se alcanza a ver más lejos que la punta de la nariz de los demás? Vivamos alegremente. La vida es todo. Que el hombre tiene otro porvenir en otra parte, allá arriba, allá abajo, donde quiera: yo no creo una palabra de todo eso. ¡Ah! se me recomienda tener mucho cuidado con lo que hago, y es menester también que me rompa la cabeza sobre el bien y sobre el mal, sobre lo justo y sobre lo injusto, sobre el fas y sobre el nefas. ¿Por qué? Porque tendré que dar cuenta de mis acciones. ¿Cuándo? Después de mi muerte. Vaya un buen sueño. ¡Bah! Después de muerto que me pinchen las ratas. Busquemos la realidad, profundicemos, penetremos en el fondo, ¡qué diablo! Es menester ventear la verdad, minar bajo tierra y apoderarse de ella: y cuando la tenéis, sí que sois fuerte y os reís de todo. ¿Era antes de mi nacimiento? No. ¿Seré después de mi muerte? No. ¿Qué soy pues? Un poco de polvo agregado y constituido en un organismo. ¿Qué tengo que hacer en la tierra? La elección es mía: padecer o gozar. ¿Adónde me conducirá el padecimiento? A la nada; pero habré padecido. ¿A dónde me conducirá el goce? A la nada; pero habré gozado: comamos. Más vale ser el diente que la hierba. Después de esto, el sepulturero allí; el panteón para nosotros: todo cae en la gran fosa. Fin, <<Finis>>, liquidación total, éste es el sitio dónde todo acaba. La muerte está  muerta, creedme. Si hay alguien que tenga algo que decirme sobre esto, desde ahora me río de él. Detrás de la tumba no hay más que nada iguales. Hayáis sido rey o san Vicente de Paúl, lo mismo da. Esto es lo cierto. Vivid pues; sobre todo ¡vivid!. 


Victor Hugo.